BENKOS BIOHÓ Y LA LUCHA CIMARRONA, JULIÁN CONRADO LE CANTA A LA DIGNIDAD: ¡ASILO PARA CONRADO EN VENEZUELA!
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Tomado de Alzado en Canto
Por: Solidaridad Internacionalista
En el mes de mayo se conmemora la digna resistencia cimarrona y afrodescendiente en diversos países de América; asimismo, el 31 de mayo 2013 se cumplen 2 años de la ilegal detención del cantor Julián Conrado en Venezuela. La canción de Conrado a Benkos Biohó, constituye el mejor homenaje a…
La canción de Conrado a Benkos Biohó, constituye el mejor homenaje a ese espíritu de dignidad afrodescendiente.
Las canciones de Conrado son testimonios históricos y culturales de una valía incalculable: por eso el régimen colombiano lo quiere silenciar, y por eso mismo los revolucionarios e internacionalistas del mundo defienden con ahínco el derecho de Asilo para Julián Conrado en Venezuela.
Benkos Biohó fue un hombre africano esclavizado en Colombia por los colonizadores europeos, que luchó valientemente contra la colonia esclavista, devino un símbolo de la lucha por la libertad; así como Julián Conrado es hoy un símbolo del artista comprometido. Un artista que abraza en canto y en coherencia a un pueblo que padece Terrorismo de Estado y lucha también por su liberación. El pueblo colombiano lleva más de 522 años luchando por la libertad.
Benkos Biohó y la lucha Cimarrona
Benkos Biohó nació en la región de Biohó, África Occidental (hoy Guinea Bissau) , donde fue secuestrado por el mercader de seres humanos Pedro Gómez Reynel, el portugués lo vendió al comerciante de vidas Juan de Palacios y éste último vendió a Biohó al español esclavista Alonso del Campo en 1596, en Cartagena de Indias, Colombia.
Biohó fue esclavizado como boga en el río Magdalena, e hizo varios intentos de fuga. En 1599 escapó exitosamente y se internó en los terrenos cenagosos, alejándose hacia el suroriente de Cartagena. Organizó un ejército de Cimarrones que logró resistir a los esclavistas europeos y liberar durante años los Montes de María. Benkos y los Cimarrones conformaron una red de inteligencia que les daba información sobre lo que acontecía en la ciudad y organizaban las fugas de más africanos esclavizados hacia el territorio liberado, Palenque, donde se organizaron los Cimarrones libres.
Como no pudo derrotar a los Cimarrones, el Gobernador de Cartagena Gerónimo de Suazo y Casasola ofreció el 18 de julio de 1605 un tratado de no agresión a Benkos Biohó, reconociendo la autonomía del Palenque de la Matuna y aceptando que Biohó entrara a la ciudad. Ese tratado fue una trampa para exterminar la resistencia cimarrona. El tratado se concretó en 1612 bajo la gobernación de Diego Fernández de Velasco, y fue violado por los españoles en 1619 cuando Biohó fue apresado por la guardia de la muralla: lo ahorcaron y descuartizaron el 29 de marzo de 1621.
La tortura y la exhibición del cadáver del opositor: ayer y hoy, continuidad del Terror de Estado:
Los descuartizamientos y empalamientos fueron medidas muy empleadas por la colonia europea en América: su finalidad era paralizar la reivindicación popular mediante el Terror. Hoy, en la Colombia contemporánea, continúan esas prácticas de tortura usadas de manera planificada desde el propio Estado con la finalidad de perpetuar la injusticia social: el Estado colombiano se encarga de viabilizar el despojo de tierras y el silenciamiento de la reivindicación social, económica, ecológica, mediante la inyección de terror en la población. Esa es la finalidad de la herramienta paramilitar financiada por multinacionales y coordinada desde el mismo ejército: perpetrar masacres, descuartizamientos, violaciones colectivas, y todo tipo de atrocidades para aterrorizar a la población, provocando un miedo paralizante de la reivindicación y masivos desplazamientos forzados de poblaciones, que dejan así las tierras libres para el saqueo multinacional y el gran latifundio.
La exhibición degradante del cadáver del opositor sigue siendo también una constante: Al igual que Benkos Biohó fue descuartizado y exhibido en la plaza pública, la mano cortada del líder estudiantil devenido guerrillero, Iván Ríos, fuera exhibida por televisión por el presidente Santos, por citar sólo un ejemplo de estas prácticas de barbarie aún vigentes con que el Estado colombiano mantiene el oprobio sobre las mayorías, para beneficio del gran capital.
El “mal ejemplo” del revolucionario se busca eliminar mediante la desinformación y la barbarie
El gobernador García Girón que ordenó la ejecución de Benkos Biohó, argumentó que era peligroso el respeto que Biohó generaba en la población y que «con embustes y encantos se lleva tras de sí a todas las naciones de Guinea que hay en la ciudad». Lo que el gobernador llamaba “encantos y embustes” no era otra cosa que las ansias de justicia y libertad. Y la barbarie perpetrada contra Biohó, al igual que hoy la tortura perpetrada por el Estado colombiano, buscaba doblegar al opositor y degradarlo ante los sobrevivientes. Ayer, al igual que hoy, el poder se sirve de la desinformación y del terrorismo de Estado para mantener la injusticia social. Antes de ser ejecutado, Biohó llamó a la rebelión, dijo que él era un guerrero y no un esclavo, y así se lo recuerda, como un luchador contra la injusticia.
Julián Conrado le canta a la Dignidad y a la Paz con Justicia Social
La canción “Benkos Biohó”, del cantor revolucionario Julián Conrado es un homenaje al espíritu de rebelión de Biohó, de los pueblos oprimidos. El alzamiento insurgente en Colombia se inscribe en un contexto de Terror Estatal que persigue sin tregua al opositor político, habiendo en Colombia hoy más de 9.500 presos políticos, y siendo Colombia el país del mundo en el que son asesinados el 60% de todos los sindicalistas asesinados en el mundo, por dar solo dos datos muy claros de los niveles de represión y exterminio que adelantan el Estado colombiano y las multinacionales. Colombia es un país cuya población y recursos son saqueados: para viabilizar el despojo, el aparato militar del régimen colombiano y sus fuerzas paramilitares –entrenadas por EEUU– perpetran horrendas masacres contra las organizaciones y poblaciones que elevan una reivindicación; siendo este saqueo y su dupla represiva la razón del descontento y alzamiento popular insurgente. Por ello la paz en Colombia pasa por el cese de la represión estatal, por una verdadera reforma agraria, por un modelo económico de desarrollo distinto al modelo de saqueo multinacional, por un cambio en la tenencia de tierras y riquezas que beneficie a las mayorías, hoy empobrecidas tras años y siglos de despojo.
Julián Conrado homenajea en su canto a la dignidad humana, a la digna rebelión popular, le canta a la paz que vendrá de la mano de la justicia.
Contexto acerca de quién es Julián Conrado y su situación actual en Venezuela:
Julián Conrado es un cantor del pueblo que sufrió la tortura y la cárcel siendo muy joven, ya que el régimen colombiano desde ese entonces intenta callar su canto libertario. Julián vio asesinar a sus compañeros a manos de las fuerzas policiales y paramilitares en su Turbaco natal; y fue empujado por la descarnada persecución del régimen colombiano que ingresó en la insurgencia, como una forma de seguir con vida y cantando por la justicia social. Las canciones de Conrado son testimonios históricos y culturales de un valor incalculable… por eso el régimen colombiano lo quiere acallar.
El cantor Julián Conrado, sobreviviente a varios bombardeos, fue apresado cuando buscaba ayuda médica: fue detenido el 31 de mayo 2011 por fuerzas represivas combinadas de Colombia y Venezuela en territorio venezolano. El gobierno colombiano lo persigue con saña porque Julián Conrado con sus canciones lleva un mensaje de justicia social a un pueblo empobrecido, saqueado y agredido por el terrorismo de estado que utiliza su herramienta paramilitar y tiene todo el apoyo de EEUU. Las autoridades colombianas pretenden obtener otra entrega ilegal de un perseguido político por parte de Venezuela; pero los hombres y mujeres con ética de Venezuela y del mundo piden ASILO para el Cantor. El DIH impide entregarlo a Colombia y ampara el ASILO para el perseguido político, quién además está enfermo. Un hombre viejo, apresado cuando buscaba ayuda médica, no puede ser entregado a sus persecutores, por respeto al DIH y a la ética. En las cárceles colombianas fallecen con inusitada frecuencia los presos políticos por tortura y por tortura de negación de asistencia médica.
La Convención de Ginebra y la Convención Contra la Tortura impiden entregarlo a Colombia. Se pide que las autoridades venezolanas respeten el DIH y la ética bolivariana y no entreguen al cantor Julián Conrado a una tortura segura. En las cárceles colombianas son empujados a la muerte los presos políticos, que son la abrumadora cantidad de 9.500, en lo que evidencia el carácter represivo del Estado colombiano, uno de los regímenes más represivos del mundo.
El pueblo colombiano sufre Terrorismo de Estado y necesita que sus hermanos latinoamericanos se solidaricen. Que al menos sean respetados los perseguidos políticos y los gobiernos regionales no entren a colaborar en la cacería humana con EEUU y el régimen Santos.
Recordar que el caso de Julián Conrado se inscribe en unas políticas de colaboracionismo militar, que contravienen incluso la Constitución Bolivariana de Venezuela y el DIH: varios perseguidos políticos heridos y enfermos han sido entregados por Venezuela al régimen colombiano en total violación al DIH, incluso está el caso de guerrilleros retirados por graves enfermedades y de un civil: el periodista Joaquín Pérez Becerra entregado en abril del 2011, negándole el debido derecho a defensa y violando todo el DIH.
Varias voces de Venezuela y el mundo, organizaciones y defensores de DDHH, alzan sus voces por el respeto al DIH y que cesen las entregas de perseguidos políticos a un estado sobre el que pesan múltiples denuncias por torturas y homicidios en régimen carcelario, como es el caso del estado colombiano. De la Venezuela Bolivariana que los revolucionarios del mundo apoyamos, se espera el abrazo en humanidad e internacionalismo al cantor del pueblo colombiano.
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