Venezuela, 29 de octubre de 2013
/Por Corriente Bolivariana Guevarista/
Hoy Colombia, el Estado colombiano y su oligarquía representan una
élite tanto o más criminal a la clase divina liderada por reyes, señores
feudales y jerarcas eclesiásticos.
Caso Julián Conrado
La detención en Venezuela del camarada Julián Conrado, cantor
revolucionario colombiano, y su indefinida condición jurídica, es
rechazable desde todo punto de vista. Sabemos lo que puede sucederle o
padecer si es extraditado a Colombia.
Su caso nos hace reflexionar hoy en torno al ejercicio de oposición política en Colombia y sus terribles consecuencias.
También queríamos recordar que hace 40 años, octubre de 1973,
miembros del Ejército de Colombia capturaron en Medellín al líder
sindical Luis Carlos Cárdenas Arbeláez, y lo ejecutaron
extrajudicialmente.
Desde entonces se conmemora el día de los presos políticos en Colombia. Un abrazo solidario para todos y todas ellas.
Julián Conrado saluda al Foro "Colombia entre Rejas" desde el ilegal cautiverio en Venezuela. Año 2012
Colombia medieval
La Edad Media, medioevo o época medieval fue una de las más violentas e irracionales de la historia de la Humanidad.
Durante mil años aproximadamente (entre los siglos V y XV) la
racionalidad de los europeos giró en torno al campo divino o al
teocentrismo, y a la iglesia católica como rectora de la verdad
absoluta, es decir, la verdad de Dios.
Con ello justificaron conquistas o las llamadas cruzadas contra los
pueblos árabes, el exterminio de casi 120 mil millones de indígenas en
América durante 300 años. Es la llamada época del oscurantismo.
Toda la empresa colonial contra América, portuguesa y española, fue
hecha en nombre de Dios. Y a toda conversión cristiana le precedió una
espada que azotaba y mataba, la casería de indios, el arrase de pueblos
enteros.
En todo caso las elites de una sociedad siempre han mantenido por la
fuerza su dominio sobre la gran mayoría explotada y empobrecida, o
digamos con Lenin, todo Estado es una "fuerza especial para la
represión" de la clase oprimida.
Hoy Colombia, el Estado colombiano y su oligarquía representan una
élite tanto o más criminal a la clase divina liderada por reyes, señores
feudales y jerarcas eclesiásticos.
Colombia es el país con mayor gasto militar del continente después de
Estados Unidos, con siete bases gringas en su territorio
(oficialmente), un ejército con 500 mil soldados y otro ejército
paramilitar que hace el juego sucio de liquidar a la oposición y
desplazar a los campesinos para entregarle las tierras a la oligarquía
y las transnacionales minero energéticas.
Podríamos hablar de la Colombia medieval. Los colombianos y
colombianas que se atreven a soñar con un mundo mejor, a protestar y
luchar por la vía política que la democracia burguesa les permite, son
criminalizados y señalados de guerrilleros.
Esto quiere decir que nuestros hermanos sufren a diario detenciones
arbitrarias, persecuciones judiciales, encarcelamiento y torturas; amén
de la historia macabra del paramilitarismo y la muerte de poblaciones
enteras en manos de los llamados “paracos”, auspiciados por las Fuerzas
Armadas del Gobierno.
De acuerdo a estudios realizados por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), desde 1984 hasta 2008 alrededor de
2.800 sindicalistas han sido asesinados, esto significa la muerte de
casi 100 sindicalistas por año.
La impunidad, según el estudio del PNUD, también repunta con un
triste 94,4%; también contabiliza 3.400 amenazas, 1.292 casos de
desplazamiento, 529 detenciones, 192 atentados, 208 hostigamientos, 216
desapariciones forzadas, 83 casos de torturas y 163 secuestros de
sindicalistas.
De acuerdo con cifras de la Confederación General del Trabajo (CGT)
de Colombia, 64% de los asesinatos de sindicalistas de todo el mundo se
cometen en Colombia.
¿Pueden imaginar la situación para los compañeros y compañeras
guerrilleras que no tuvieron otra opción que empuñar las armas para
defenderse de las campañas criminales del Ejército del Gobierno y de los
paramilitares? Si no mueren en combate son asediados con la tortura y
diezmados en las cárceles.
La situación no es distinta a la del medioevo. ¿Recuerdan la condena a
Galileo cuando explicó que el Sol era el centro del mundo y estaba
inmóvil y que la Tierra no era el centro del mundo y se movía? Para
evitar la muerte debió retractarse ante el Santo Oficio, en 1622, aunque
de manera valiente dijo al final “y sin embargo se mueve”.
Cementerios humanos
Hace poco el ex director de Anncol, Joaquín Pérez Becerra aseguró
desde la cárcel nacional La Picota, Colombia, que los presos políticos
vivían en una especie de cementerio humano.
En Colombia existen aproximadamente 118 cárceles administradas por el
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), para una
población carcelaria que supera las 130.000 personas.
El Estado a través de la empresa privada destina para alimentación
diaria de los 118 mil presos la pírrica suma de 21.000 pesos, es decir,
11 dólares diarios para el desayuno, almuerzo y cena de cada preso.
Casi 10 mil hombres y mujeres son presos políticos. Y como aseguran
desde la organización Derechos de los Pueblos, los presos políticos no
solo sufren tortura sino que entran en la grave y dolorosa cifra de los
que sobreviven en cárceles con hasta 300% de hacinamiento.Para limitar
las capacidades intelectuales y de resistencia a los que han formado
parte de las FARC o el ELN, o han sido simpatizantes de ambas fuerzas, o
simplemente se han atrevido a enfrentar al poder de la oligarquía, los
colocan muchas veces en los “patios” de los presos de origen
paramilitar.
Esto quiere decir que además de la tortura física y psicoterrorista
de los interrogatorios que sufren los sindicalistas, estudiantes,
periodistas, luchadores sociales, guerrilleros, existe otro tipo de
tortura para diezmar la capacidad y resistencia moral de cada uno: miles
de personas permanecen privados de la libertad sin juicio, con sus
familias amenazadas de muerte.
Julián Conrado
La detención en Venezuela del camarada Julián Conrado, cantor
revolucionario colombiano, y su indefinida condición jurídica, es
rechazable desde todo punto de vista. Sabemos lo que puede sucederle o
padecer si es extraditado a Colombia.
Su caso nos hace reflexionar hoy en torno al ejercicio de oposición política en Colombia y sus terribles consecuencias.
También queríamos recordar que hace 40 años, octubre de 1973,
miembros del Ejército de Colombia capturaron en Medellín al líder
sindical Luis Carlos Cárdenas Arbeláez, y lo ejecutaron
extrajudicialmente.
Desde entonces se conmemora el día de los presos políticos en Colombia. Un abrazo solidario para todos y todas ellas.
Desde Venezuela la Corriente Bolivariana Guevarista le apuesta al
proceso de paz en Colombia, con nuestra participación en el Congreso de
los Pueblos, Congreso para la Paz, en las campañas sociales de nuestros
hermanos y en la creación este año de la Embajada de la Paz capítulo
Venezuela.
@patriadiversa /
traslashuellasdeamerica@gmail.com
Canción de Julián Conrado: Con la frente en alto.
Dedicada a las y los presos políticos en el mundo
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Canción de Julián Conrado: Con la frente en alto.
Dedicada a las y los presos políticos en el mundo
Canción: Con la frente en alto
En Colombia existen 9.500 Prisioneras y Prisioneros Políticos; Santos impide visita de Comisión Internacional a los Prisioneros Politicos Colombianos
por Campaña Traspasa los Muros
Lunes, 19 de Marzo de 2012
El gobierno ha negado el ingreso de la comisión internacional de observación a las cárceles, demostrando su postura de ocultar la crisis carcelaria y la existencia de los más de 9.500 prisioneros políticos en Colombia, por ello se hace necesario que la comunidad internacional insista en que se abran
En Colombia existen cerca de 9.500 Prisioneras y Prisioneros Políticos
Son muchas las contradicciones que pasan por la mente de cualquier librepensador/a al leer la frase pública del ministro de justicia de Colombia al referirse sobre las y los prisioneros políticos en Colombia, de manera puntual el ministro ha expresado: “No presos políticos porque aquí no hay presos políticos, por supuesto no prisioneros de guerra porque aquí no hay prisioneros de guerra" (1).
Sin embargo, a parte de la negación que el ministro expresa, no se vislumbra ninguna explicación, para cualquier lector seria simple interpretar que el ministro dice que no hay prisioneros políticos porque NO, teniendo que conformarnos como cualquier menor de edad con esa respuesta absurda que durante muchas generaciones los adultos incapaces de expresar razones le ofrecen a las y los niños que en un afán de curiosidad preguntan por las cosas mas elementales y simples de la vida.

Pero, es inaceptable este tipo de respuesta por parte de una figura pública y representativa del alto gobierno, que no sólo debe tener las facilidades de dirigirse a un pueblo, sino que debe motivar sus declaraciones.
No recibimos un NO porque NO, es necesario que en el ejercicio de la democracia que el gobierno tanto pregona posibilite el debate y explique porque miles de personas en Colombia se reivindican como prisioneras y prisioneros políticos, por qué en la ley penal existen delitos políticos (rebelión, asonada, sedición) y contra los bienes protegidos por el derecho internacional humanitario (actos de guerra), y por qué a pesar del reconocimiento del conflicto armado interno por el primer mandatario del país se pretende desconocer a quienes en razón de el han sido tomados prisioneros por el Estado Colombiano.
Es evidente que en Colombia se persiguen conductas descritas como delitos políticos o de guerra y como consecuencia existen en las cárceles de Colombia prisioneras y prisioneros políticos, en sus diferentes categorías: prisioneras/os de guerra, prisioneras/os de conciencia y victimas de montaje judicial.
Se abre en el país nuevamente el debate sobre el delito político y la existencia de miles de personas privadas de la libertad por causas políticas, procesadas o condenadas por delitos políticos, conexos o relacionadas con la guerra, que a toda luz evidencian una de las consecuencias del conflicto social y armado colombiano.
En nuestro reciente informe "Perspectiva en punto de fuga: Propagación del Modelo de Represión por Causas Políticas", presentado junto con la Fundación Lazos de Dignidad al Foro Colombia entre Rejas: En Búsqueda de un Camino para la Libertad y la Paz, develamos que desde los años 70 han sido constantes las denuncias sobre la existencia de prisioneras/os políticas/as en el país. A partir del año 2006, diferentes organizaciones de derechos humanos han alertado sobre la existencia de alrededor de 7.500 personas privadas de la libertad por causas políticas en Colombia, sin embargo, el 4 de agosto de 2011, los Prisioneros de Guerra del Bloque Iván Ríos de las FARC-EP informaron a la opinión pública sobre el aumento de esta cifra, estimando la existencia de aproximadamente 9.500 prisioneras y prisioneros políticos en el país (2).
Según el INPEC (3), al 31 enero de 2012, la población privada de la libertad asciendía a 102.292, hallándose 21.199 de estas personas asociadas a los delitos de rebelión (1.933), concierto para delinquir (8.629), terrorismo (679), actos de terrorismo (54), secuestro (2.541), secuestro extorsivo (2.987), extorsión (4.326), financiación a grupos terroristas (18), utilización de medios y métodos de guerra ilícitos (30), traición a la patria (1) y espionaje (1). Teniendo en cuenta que con la desnaturalización del delito político en Colombia es sistemático que las y los prisioneros políticos sean juzgados por los delitos comunes mencionados al tiempo que son asociados con organizaciones rebeldes (4), lo que conduce a pensar que en Colombia existen entre 9.500 y 21.199 prisioneras y prisioneros políticos.
El gobierno nacional debe desprenderse de la arrogancia de no reconocer a su contradictor político y a las miles de personas encarceladas por ejercer la oposición política, quienes soportan un sin números de violaciones y comportamiento contrarios al debido tratamiento en reclusión, como sucede con el prisionero político de guerra JORGE AUGUSTO GARCES BERNAL, aislado desde hace mas de 8 años en la Penitenciaria de Alta Seguridad de Valledupar, por amenazas de muerte proferidas por parte de paramilitares y por la arrogancia del INPEC y del alto gobierno de no ceder en la creación de lugares especiales de reclusión para las y los prisioneros políticos.
El gobierno nacional, por intermedio de su ministro de justicia, ha negado el ingreso de la comisión internacional de observación a las cárceles y penitenciarias, demostrando su postura de ocultar la crisis carcelaria y la existencia de los más de 9.500 prisioneros políticos en Colombia, por ello, en la actual coyuntura se hace necesario que la comunidad internacional insista en que se abran las puertas de las prisiones para observar sus realidades y verificar la existencia y condiciones de reclusión de quienes se reivindican como prisioneras y prisioneros políticos.
Trato Digno y Libertad para todxs lxs Prisionerxs Políticxs en Colombia.La lucha social no es un delito, es un paso hacia la libertad!
Sin embargo, a parte de la negación que el ministro expresa, no se vislumbra ninguna explicación, para cualquier lector seria simple interpretar que el ministro dice que no hay prisioneros políticos porque NO, teniendo que conformarnos como cualquier menor de edad con esa respuesta absurda que durante muchas generaciones los adultos incapaces de expresar razones le ofrecen a las y los niños que en un afán de curiosidad preguntan por las cosas mas elementales y simples de la vida.

Pero, es inaceptable este tipo de respuesta por parte de una figura pública y representativa del alto gobierno, que no sólo debe tener las facilidades de dirigirse a un pueblo, sino que debe motivar sus declaraciones.
No recibimos un NO porque NO, es necesario que en el ejercicio de la democracia que el gobierno tanto pregona posibilite el debate y explique porque miles de personas en Colombia se reivindican como prisioneras y prisioneros políticos, por qué en la ley penal existen delitos políticos (rebelión, asonada, sedición) y contra los bienes protegidos por el derecho internacional humanitario (actos de guerra), y por qué a pesar del reconocimiento del conflicto armado interno por el primer mandatario del país se pretende desconocer a quienes en razón de el han sido tomados prisioneros por el Estado Colombiano.
Es evidente que en Colombia se persiguen conductas descritas como delitos políticos o de guerra y como consecuencia existen en las cárceles de Colombia prisioneras y prisioneros políticos, en sus diferentes categorías: prisioneras/os de guerra, prisioneras/os de conciencia y victimas de montaje judicial.

En nuestro reciente informe "Perspectiva en punto de fuga: Propagación del Modelo de Represión por Causas Políticas", presentado junto con la Fundación Lazos de Dignidad al Foro Colombia entre Rejas: En Búsqueda de un Camino para la Libertad y la Paz, develamos que desde los años 70 han sido constantes las denuncias sobre la existencia de prisioneras/os políticas/as en el país. A partir del año 2006, diferentes organizaciones de derechos humanos han alertado sobre la existencia de alrededor de 7.500 personas privadas de la libertad por causas políticas en Colombia, sin embargo, el 4 de agosto de 2011, los Prisioneros de Guerra del Bloque Iván Ríos de las FARC-EP informaron a la opinión pública sobre el aumento de esta cifra, estimando la existencia de aproximadamente 9.500 prisioneras y prisioneros políticos en el país (2).
Según el INPEC (3), al 31 enero de 2012, la población privada de la libertad asciendía a 102.292, hallándose 21.199 de estas personas asociadas a los delitos de rebelión (1.933), concierto para delinquir (8.629), terrorismo (679), actos de terrorismo (54), secuestro (2.541), secuestro extorsivo (2.987), extorsión (4.326), financiación a grupos terroristas (18), utilización de medios y métodos de guerra ilícitos (30), traición a la patria (1) y espionaje (1). Teniendo en cuenta que con la desnaturalización del delito político en Colombia es sistemático que las y los prisioneros políticos sean juzgados por los delitos comunes mencionados al tiempo que son asociados con organizaciones rebeldes (4), lo que conduce a pensar que en Colombia existen entre 9.500 y 21.199 prisioneras y prisioneros políticos.
El gobierno nacional debe desprenderse de la arrogancia de no reconocer a su contradictor político y a las miles de personas encarceladas por ejercer la oposición política, quienes soportan un sin números de violaciones y comportamiento contrarios al debido tratamiento en reclusión, como sucede con el prisionero político de guerra JORGE AUGUSTO GARCES BERNAL, aislado desde hace mas de 8 años en la Penitenciaria de Alta Seguridad de Valledupar, por amenazas de muerte proferidas por parte de paramilitares y por la arrogancia del INPEC y del alto gobierno de no ceder en la creación de lugares especiales de reclusión para las y los prisioneros políticos.
El gobierno nacional, por intermedio de su ministro de justicia, ha negado el ingreso de la comisión internacional de observación a las cárceles y penitenciarias, demostrando su postura de ocultar la crisis carcelaria y la existencia de los más de 9.500 prisioneros políticos en Colombia, por ello, en la actual coyuntura se hace necesario que la comunidad internacional insista en que se abran las puertas de las prisiones para observar sus realidades y verificar la existencia y condiciones de reclusión de quienes se reivindican como prisioneras y prisioneros políticos.
Trato Digno y Libertad para todxs lxs Prisionerxs Políticxs en Colombia.La lucha social no es un delito, es un paso hacia la libertad!
Campaña Traspasa los Muros, Marzo de 2012
FUENTES
FUENTES
[2] “SITUACIÓN CARCELARIA EN COLOMBIA (I)”, Prisioneros de Guerra del Bloque Iván Ríos de las FARC-EP, 04 de Agosto 2011. www.resistencia-colombia.org
[3] Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia
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