Comunicado Por FARC-EP La cárcel. No solamente la pérdida de la libertad, sino la degradación del hombre. Allí, tras las rejas, entre el encierro de aquellos muros, el revolucionario íntegro pone a prueba la entereza de sus ideas y de su carácter. El régimen, en forma deliberada y sutil, le apuesta en sus prisiones a la descomposición del interno. Hará todo cuanto pueda para destruirlo. Para que si alguna vez sale de ahí solamente queden guiñapos de su conciencia. La primera y mayor esperanza del reo consiste en salir lo más rápidamente posible. El sistema, que lo sabe, inicia y mantiene su desmoralización mediante el juego con esta ilusión. Desde el momento en que te atrapan lo descubres. Si les colaboras, si traicionas los tuyos, si entregas otras personas o cosas, te ayudarán a no ser encarcelado. Promesas de cambio de nombre y domicilio, de trabajo bien pago. Tu alma por treinta monedas de plata. La sola oferta repugna. Nos desnuda la catadura moral...